Mis ojos desnudan mi alma
Con frustración tatuada a fuego
elevo la mirada al cielo.
Ese cielo de matices pálidos y grises
una vez mas me llama.
Se proclama dueño de mis pasos
y con resignación bien aprendida
imposible sentir su cruel latigazo.
Sollozando, gimiendo, temiendo, temblando.
Recorriendo los limites de mi frontera
descubro lejana, de voz cansada
esta extraña y renovada mañana.
De piel ajena me percibo al alba
con voz infantil resiento la huella perdida
de mi cuerpo entre las sabanas.
Busco intrigante la línea borrada
con resentimiento mi alma se llora
sabiendo perdida la última batalla.
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