jueves, 22 de enero de 2009







Exhaustos, sin vida alguna
cansados de sostener éste vacio, caen mis brazos.



Y me aferro al dulce aroma de su  escencia 
a su etérea y  traslúcida sonrisa
añorando siempre su presencia.

Con la luna... siempre con la luna




Renace la herida y con ella
  el dolor y la conciencia de la soledad
que este vacío me deja.
Me rodea,
me asfixia, me abraza
y ciñendo mi cintura
 en un grito  los reclama.

Con la luna... siempre con la luna


Perdida en los recuerdos y sus sombras
sus sonrisas silentes me acompañan
aderezando la pena que a mi vientre embarga.


Con la luna... siempre con la luna

Brillando, húmedas y frías
llenando los arroyos secos de mi piel marchita.
Caen mis lágrimas teñidas de rojo .

 Con la luna ...siempre con la luna.

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